Karen nunca planeó ser una heroína. Recientemente viuda, tiene las manos ocupadas con el trabajo y la crianza de su hijo Max. Luego, Karen salva la vida de Jeremy durante un robo en una farmacia y rápidamente descubre que el joven tiene la intención de devolverle el dinero a toda costa. Al principio, la vida comienza a mejorar para este buen samaritano, pero a medida que los esfuerzos de Jeremy se vuelven más extremos, Karen comienza a preguntarse si realmente ninguna buena acción queda sin castigo.
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